Fundación de Guadalajara (Jalisco)
Nuño de Guzmán tuvo la intención de fundar una población que llevara por nombre Espíritu Santo, y el territorio por él conquistado, la Mayor España, pero recibió órdenes de fundar una villa que llevara por nombre Santiago de Compostela, que seria la capital del reino de Nueva Galicia.
Ante estos sucesos, Nuño de Guzmán obedeció las disposiciones reales,pero ademas quiso fundar una población que llevara el nombre de su ciudad natal, por lo que ordeno la fundación de una villa en 1532 que llevaría el nombre de Guadalajara.
Se escogió un lugar en Nochistlán, actualmente Zacatecas, donde se estableció la primera Guadalajara, pero los indios eran muy belicosos y, ante la amenaza de sucumbir ante ellos, sus pobladores decidieron trasladarse a Tonalá en 1533. En este lugar, los indios ya sometidos constituían una importante mano de obra; sin embargo, esto causo el disgusto de Nuño de Guzmán, quien ordeno que la villa de Guadalajara regresara a Nochistlán, pero sus habitantes solo traspasaron la barranca de Oblatos y se asentaron en Tlacotán en 1535, muy cerca de la barranca de Huentitán.
En este lugar los españoles sufrieron el ataque de los indígenas, quienes casi acabaron con el asentamiento. Ante esta situacion los españoles decidieron establecerse finalmente en el valle de Atemajac, el 14 de febrero de 1542, situado cerca del río de San Juan de Dios, lugar donde dispondrían de agua y tierras favorables para la agricultura y la cría de ganado.
A su vez, el rey Carlos V le concedió un escudo de armas, y elevo la pequeña villa a categoría de ciudad; finalmente Miguel de Ibarra fue nombrado alcalde mayor de esta población, asentándose definitivamente en este lugar.
Ante estos sucesos, Nuño de Guzmán obedeció las disposiciones reales,pero ademas quiso fundar una población que llevara el nombre de su ciudad natal, por lo que ordeno la fundación de una villa en 1532 que llevaría el nombre de Guadalajara.
Se escogió un lugar en Nochistlán, actualmente Zacatecas, donde se estableció la primera Guadalajara, pero los indios eran muy belicosos y, ante la amenaza de sucumbir ante ellos, sus pobladores decidieron trasladarse a Tonalá en 1533. En este lugar, los indios ya sometidos constituían una importante mano de obra; sin embargo, esto causo el disgusto de Nuño de Guzmán, quien ordeno que la villa de Guadalajara regresara a Nochistlán, pero sus habitantes solo traspasaron la barranca de Oblatos y se asentaron en Tlacotán en 1535, muy cerca de la barranca de Huentitán.
En este lugar los españoles sufrieron el ataque de los indígenas, quienes casi acabaron con el asentamiento. Ante esta situacion los españoles decidieron establecerse finalmente en el valle de Atemajac, el 14 de febrero de 1542, situado cerca del río de San Juan de Dios, lugar donde dispondrían de agua y tierras favorables para la agricultura y la cría de ganado.
A su vez, el rey Carlos V le concedió un escudo de armas, y elevo la pequeña villa a categoría de ciudad; finalmente Miguel de Ibarra fue nombrado alcalde mayor de esta población, asentándose definitivamente en este lugar.
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